¿Alguna vez has pensado en la cantidad de besos que coleccionas? Un beso, dos besos, tres besos… Uno tras otro, los besos representan la muestra de todo el cariño invertido desde la gestación de los pequeños. Uno tras otro, estos besos acompañarán a los bebés durante toda su vida. Acerca de este libro, la autora reflexiona: “Desde el nacimiento de mi hijo, descubrí que aquellos momentos de felicidad se diluían contantemente, quizá por nuestra vida llena de preocupaciones y actividades. Un día observamos ese pasado y nos damos cuenta de que no podemos repetirlo. ”Veo a mi hijo crecer a diario. Su forma redonda desaparece y cada mañana gana independencia. Cuidar al recién nacido me llenaba de plenitud, pero con los años comencé a preocuparme por él y la forma en que dejaba de añorar mi mano. Una mezcla de enojo y culpa fueron los sentimientos que dominaron en mí desde que me convertí en madre. En ocasiones, cuando estaba cansada de cuidar el bebé, deseaba tener más tiempo personal, pero también era feliz al saber que no podía separarse de mí. Yo creo que él se da cuenta de mis contradicciones e impaciencia y quiere complacerme cada vez que me pregunta si se ha portado bien. Yo le respondo que mi amor nunca se terminará, sea un chico de cualquier clase, pero esto no parece consolarlo. Además, tengo la sospecha de que yo tampoco estoy en el primer lugar de sus preferencias. A pesar de esto, nos amamos profundamente. A partir de estos pensamientos se formó este libro, y justo como un recién nacido, su perfume me enloquecía y no podía estar lejos de ni un solo minuto. Cada oportunidad que tenía de levantarlo, lo besaba. Espero que en el futuro sea capaz de recordar estos momentos: que cada mañana después de despertar y ver sus ojos llorosos del pequeño al salir del cuarto lo cargue para abrazarlo y besarlo. Nuestro día va a comenzar y no será el mismo nunca más.