Se dice que los padres son los medios por los que los niños entienden el mundo, pero ¿qué pasa cuando tu padre es el medio de los dioses en la tierra? Desde que era una niña, sabe que su padre actúa como el mensajero de los dioses. Ha visto a los dioses ocupar el cuerpo de su padre y decidir sobre los problemas del mundo en la sala de su casa. Al principio eran familiares y conocidos quienes venían a solicitar audiencia, pero después una fila de gente esperaba turno para ocupar el espacio íntimo de su sala. Cuando el dios estaba presente, el espacio era un bullicio; cuando no, existía un silencio casi insoportable. ¿Estará dios ahí o no? Ésta era una pregunta que constantemente se hacía. Las personas que han visto a su padre prueban que dios existe, pero algunas de sus demandas son demasiado codiciosas, incluso para los dioses. Este libro describe la relación entre el padre y los dioses, pero también es un gran tributo a la relación entre una hija y su padre. Gracias a las palabras de la hija es como el lector, y ella, reconoce que su padre tiene sentimientos y es un hombre cualquiera, algo constantemente ignorado. El padre es un gran creyente como cualquier mortal cuando dios no está presente, y tiene preocupaciones que, como la banda de Moebius, da vueltas infinitas entre la confianza y la traición. Es por eso que la hija intenta ser un soporte emocional para su padre e intenta entenderlo gracias a estas palabras escritas. Para aquellos que saben leer profecías es reconocido que no se puede contar su destino porque de inmediato cambiará. De ser una escéptico a un propio embajador, de la duda a la creencia, la vida de este padre que parece un denso bosque está finalmente abierta a nuestro entendimiento.