A través del estudio biogeográfico y una mirada a la historia, el lector se sorprenderá al saber que las plantas alpinas de Taiwán están directamente relacionadas al resto del planeta. El viaje de estas plantas cubre milenios y el lector será testigo de su vida e historia. ¿Cómo es que la oreomyrrhis eriopoda, una planta perteneciente al hemisferio sur, cruzó el ecuador y la encontramos en las montañas de Taiwán? ¿Sabías que un hermano árbol gigante es también muy similar a las conocidas socoyas californianas? ¿Que la sinopanax formosana de Taiwán está relacionada con su par tropical en América? Las montañas de Taiwán forman una arca de biodiversidad, un lugar de encuentro de plantas y un lugar casi mágico. La perspectiva ecológica e histórica de este libro descubre la conexión entre Taiwán y el resto del mundo gracias a sus plantas. Previo a su visita, muchos investigadores consideraban que Taiwán era una isla contenida por sus mares, pero al estudiar su naturaleza se asombraron por este banco de inmensa riqueza que sobrepasó los límites de su imaginación cuando encontraron especies de plantas originarias de sus propias regiones. Al investigar más a fondo sobre los orígenes de las especies y cuál fue su desarrollo fuera de sus fronteras, los investigadores encontraron una nueva línea de exploración biológica, y también cambiaron sus perpectiva sobre la Tierra y la misma vida. A pesar de que Taiwán cuenta con más de 6 millones de años de historia geomórfica, su historia natural puede alargarse a más de diez millones de años. Con más de doscientas montañas de más de tres mil metros de altura, Taiwán tiene una cordillera que asombra por la evolución de sus plantas y nos lleva a pensar sobre su reproducción y supervivencia. Taiwán parece ser el extremo este de los Himalayas y también el destino de muchas plantas que migraron del sur. La isla representa el lugar de descanso de muchos pasajeros migrantes, pero también el lugar original de otras especies. ¿Cómo es que este lugar dio vida a nuevas especies?