Este libro, como todo niño con ganas de dormir, pregunta con insistencia: “¿Puedo dormir contigo?”. Retrata de la forma más tierna y real el deseo de compañía y de un sueño plácido y reparador que se esconde detrás de esta pregunta repetitiva. Las poses vívidamente antropomórficas de la luna son otro de los encantos del libro: juguetona, perezosa, pensativa... incluso de espaldas y con el trasero al aire, llenas de humor, hacen que uno quiera acercarse y darle un gran abrazo. Ideal para leer a los niños en la cama, se dormirán con una sonrisa en los labios.